Presentación Campus CREA S2i
Intervención Ernesto Pedrosa.
Magnífico video. Así somos ……
Reitor, conselleiro, autoridades, a todos ustedes…….Buenas tardes….
Los pueblos y las personas salen adelante cuando quienes lideran han elegido un modo de hacer las cosas y tienen confianza y determinación en aplicarlo. Cuando los retos están definidos y las decisiones tienen un componente plástico que se acomoda a las necesidades de una sociedad que evoluciona. Esos procesos de futuro comienzan un buen día, cuando alguien decide que es el momento, arriesga y convoca para anunciar que ha empezado el camino.
Hoy puede ser ese día. Hoy es ese día.
Pontevedra inicia hoy ese camino de la mano de la Universidad, que ha decidido implicarse, conectarse y trabar alianzas. Y nos convoca aquí porque su principal aliada ha de ser la sociedad, todos los que estamos aquí representados. Una universidad aislada no sirve a nadie ni para nada. Una universidad en marcha es un aliento insustituible en un territorio. Debe ser una potencia ética de la vida, como dijo Giner de los Ríos. Una sociedad democrática y de bienestar sería difícil sin la sociedad del conocimiento, sin un sistema universitario de calidad, que solo se podrá conseguir si las empresas, las instituciones y los colectivos organizados nos hacemos corresponsables. Y con ellos, todos y cada uno.
La universidad forma en horizontes. Los estudiantes y los profesores universitarios son en sí mismos agentes de cambio social. Porque la ciencia, el conocimiento y el estudio tienen mayor sentido cuando se conectan estrechamente con la sociedad.
Creo que de nada sirve crear un espacio uniforme para las universidades europeas, ni arbitrar los mejores planes de estudio, ni unificar facultades, ni dar pasos decisivos para la homologación o racionalización de títulos, si al final no conseguimos una universidad enriquecida y conectada con el sistema productivo, con la vida empresarial, con el mercado de trabajo… pero sobre todo con el pulso de la sociedad.
El acercamiento que hoy hacemos a la educación superior para aprovechar su saber, ensancha su legitimidad social y su base cívica; y determina en buena medida su rentabilidad pública. A través de ustedes, en esta época de planicies vitales, la universidad se convierte en un sentimiento vertical dentro de la sociedad y en una forja de valores especialmente saludables para la convivencia y la calidad de vida de todos nosotros, además de crear espacios para la reflexión y la creatividad en una sociedad justa y de progreso, y para la mejor comprensión del complejo mundo que habitamos.
Hacia ese nuevo escenario transita esta universidad, por caminos tan acertados como el que hoy nos reúne aquí, para que no solo abra posibilidades de empleo y riqueza, sino que faculte y enseñe, que también forme y pueda ser percibida por la ciudad como una marca útil y generadora de valor, capaz también de proporcionar horizontes nuevos, mejores conductas, oxígeno moral, principios y una base hermenéutica mínima para observar el mundo.
Hoy en Pontevedra, los menores de 15 años son casi una tercera parte de los que había hace cinco décadas; y los mayores de 65 representan más del doble de entonces. Pero los pontevedreses con estudios superiores se han multiplicado por doce en este tiempo. Hemos cambiado mucho. La universidad nos ha cambiado mucho. De los 21 mil alumnos que tiene la UVigo, y de los más de cuatro mil matriculados en el Campus de Pontevedra, casi 1.400 han nacido en esta ciudad. Ninguna titulación, ningún Campus y ninguna área de conocimiento nos es ajena. Pero el Campus CREA –que hoy nos reúne aquí- nos lleva más lejos. Porque es un proyecto social y sostenible, pero sobre todo porque se apoya en la innovación. Reitero la importancia de la innovación. Porque no nos falta conocimiento, pero podemos mejorar la capacidad de transferirlo. Y porque somos creativos, pero no lo bastante competitivos, precisamente por los muy mejorables niveles de innovación que tenemos.
Si la investigación es el origen de la cadena del conocimiento y el mapa imprescindible que necesita la sociedad para crecer en desarrollo, la innovación es el camino.….Como bien dijo un experto universitario europeo: la investigación es como una caja negra en la que se introduce dinero y cerebros para obtener nuevo conocimiento; mientras la innovación es una caja negra en la que se introduce conocimiento y cerebros, y se obtienen beneficios. Aquí es donde estamos.
Como presidente del Consello Social de la UVigo tengo la certeza de que hoy es un día clave. Somos testigos de que Pontevedra ha encontrado un nuevo modo de hacer las cosas: el Campus CREA. Por iniciativa de una universidad que –además de formar profesionales e investigadores- sabe estar a la altura de los tiempos, como tanto le pedía una y otra vez Ortega y Gasset. Y esa universidad tendrá nuestro apoyo, porque en la suerte este proyecto está buena parte de nuestro destino.
Este proyecto tendrá que depararnos muchas cosas y muy nuevas; tantas y tan nuevas que nos falta diccionario para anticiparlas. Pero sí nos deja certezas.
Por lo de pronto abre una ancha puerta al futuro para Pontevedra, y debemos cruzarla, juntos, para entrar en ese futuro o, cuando menos, para no tener que arrepentirnos nunca por no haberlo intentado, ni tener que vivir con la duda infinita de qué habría sucedido.
Las universidades son instituciones muy antigüas y de material altamente resistente, acostumbradas por igual a los golpes y a los éxitos, al elogio y a la reprobación. Pero no siempre, ni todas, han compartido con su entorno, han liderado territorio o han impulsado ilusiones colectivas. La nuestra sí. Esta universidad, con este proyecto, se ha situado en el lugar de los buenos propósitos, pero también –reconozcámoslo- en puerto desabrigado, donde los deseos o se alcanzan, con el consiguiente reconocimiento, o se esfuman, tras detonar una onda expansiva de frustración colectiva. No acostumbra a haber término medio. Esa es la grandeza y el riesgo que solo poseen las iniciativas que definen ciclos históricos y pueden cambiar la vida de las personas.
También la Universidad de Vigo, con esta apuesta, nos entrega hoy una poderosa razón para no caer en el desánimo. Nos une en un reto colectivo y nos señala objetivos a todos, a la sociedad entera, a esta sociedad en la que vivimos, a menudo tan prevenida y desconfiada por la reiterada volatilidad de muchas buenas intenciones, pero que hoy debiera abrir profundas zanjas mentales para cimentar con solidez este proyecto.
Nos lo debemos.
Muchas gracias.
Diciembre 2015