A comienzos de este año 2016 fue presentado en Davos el informe Jobs Report. Concluía que las profesiones más demandadas hoy por las empresas eran totalmente desconocidas hace diez años. Y auguraba que en la próxima década aparecerán trabajos que hoy no existen.
A ese escenario debemos hacerle frente. Con audacia, con inteligencia y con apuestas claras que conviertan los buenos propósitos en resultados. Hay que educar para la sociedad que queremos tener, no para la que tenemos. Y ahí debe estar la universidad a la altura de las exigencias: difuminando la barrera entre las humanidades y las ciencias y formando a los alumnos, tengan la edad que tengan, en competencias transversales como la flexibilidad, la adaptabilidad a los cambios, la capacidad de influir o el trato en las relaciones personales. En las competencias relacionadas directamente con la gestión de las emociones. Porque estos perfiles estarán en las preferencias de las organizaciones. Y antes no se hablaba de emociones, pero ahora sabemos que son parte integral de la inteligencia y, muy importante, que son entrenables.
En definitiva, más competencias y menos teoría, y que el estudiante sea parte activa en el aprendizaje. Lo decía Confucio en una frase de hace 2.000 años que resume magistralmente los tiempos actuales: “Me lo contaron y lo olvidé; lo vía y lo entendí; lo hice y lo aprendí”.
Este Pont-Up Store sintetiza y focaliza perfectamente este camino en la buena dirección. No me dentendré yo en el programa, aunque sí celebro que preste atención a los niños, porque tan importante como proveerles de conocimientos es educarles en competencias y enseñarles a buscar información,lanzarles al mundo, que estén preparados…porque ellos harán cosas que nosotros no hemos sabido o podido hacer, y porque tenemos no solo el deber sino también la oportunidad de educarlos para que se conozcan por dentro y tomen decisiones generosas.
A Pedro Figueroa procede halagarlo por mover a una universidad y a una sociedad en tan acertada dirección. Por transformar Pontevedra en un anticipo del futuro, en una ciudad creativa, en vanguardia, potente y experimental. A la universidad y al Concello hemos de reconocerles también su privilegiada perspectiva y su lúcida apuesta.
Y termino. Sabido es que la propension al emprendimiento de un territorio está intimamente ligado a factores culturales y sociales; factores que como todos sabemos ni se cambian facilmente ni se construyen a través de acciones individuales, por acuerdos de gobiernos o por leyes publicadas en los boletines oficiales…. Así que como Consello Social aquí estamos, convencidos de que es esta una de esas tareas que por su tamaño y trascendencia exigen de la participación de todos nosotros, en la medida de nuestras posibilidades; solo así podremos afrontar el reto que supone la creación de un caldo de cultivo propicio para llevar a cabo iniciativas emprendedoras en el marco de un aceptable nivel de tolerancia al fracaso y donde el precio que se pague por este sea socialmente asumible. Conseguirlo es también un modo de hacer ciudades mejores, más habitables, más avanzadas y más sostenibles..
Nos une a todos, en fin, la firme determinación de ser mejores. Conseguirlo requiere hacer un camino largo y fatigoso, que en Pontevedra, con iniciativas como esta, hemos iniciado ya.