Actos del presidente

Pedrosa comparte la necesidad de generar vínculos entre emprendimiento y Universidad

La innovación empresarial en Galicia, el control de horarios, la nueva legislación europea en materia de protección de datos o la reciente sentencia del Tribunal de Luxemburgo respeto de las diferencias en la indemnización por despido entre contratos temporales o indefinidos constituyeron algunas de las temáticas que, en las jornadas del martes 20 y miércoles 21, centran un debate sobre el presente y futuro del sector empresarial en la Casa das Campanas, en Pontevedra.

El presidente del Consejo Social, Ernesto Pedrosa, acompañó en la apertura de este foro al Vicerector del Campus de Pontevedra, Manuel Corbacho, a Jose María Corujo, presidente de la asociaicón Aempe; y a la concejala de Promoción de la Ciudad, Anabel Gulías.

Dirigidas fundamentalmente a empresarios y empresarias, pero abiertas también al alumnado, en estas jornadas técnicas participaron la abogada y economista, Carlota Sánchez; el investigador del grupo Rede, Xosé H. Vázquez; el catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, Jaime Cabeza; el profesor de Ciencias Sociales y de la Comunicación y director del Pont-Up Store, Pedro Figueroa; el técnico del proyecto SmartPeme, José Antonio Pino; el abogado Alberto Viejo; el socio director de InfoJC y miembro del Consejo Social de la Universidad, Jorge Cebreiros; y el analista informático Julio Ferández; así como el secretario general de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), Borja Echegaray, que ofrecerá la conferencia de clausura

 

Discurso Ernesto Pedrosa:

Hay dos estudios muy recientes que me parece relevante resumir hoy aquí. Uno, el Observatorio del emprendimiento universitario, dice que sólo el 12,5% de los jóvenes españoles realizan una actividad empresarial mientras estudian. Es decir, uno de cada ocho estudia y crea empresas. Y distingue dos tipos de emprendedores universitarios: los que tienen intención de crear una empresa en los tres próximos años (casi el 30%), y los que afirman haberla creado ya (el 7,5%). Y un dato más, aunque se muestran bastante seguros de sí mismos en cuanto a conocimientos y habilidades, la mitad de los estudiantes confiesan que el miedo a fracasar supone el principal obstáculo para emprender, y aquí tiene mucho que ver el género porque el 61% son mujeres.

El segundo estudio, de Educa 2020, revela que sólo el 18% de quienes estudian en los campus gallegos tienen alguna inquietud emprendedora. Apenas uno de cada diez, 12 puntos por debajo de la media estatal, lo que los coloca entre los menos emprendedores de España, los menos proclives a fabricarse su propio medio de vida.

Por el contrario, la aspiración del 36,6% de los jóvenes gallegos -el doble de los potencialmente emprendedores- es ser funcionarios, más de 11 puntos por encima de la media estatal y con más del doble de aspirantes que Madrid, por ejemplo. En esto, los estudiantes gallegos sí están en el podio.

Recuerden que la causa principal que frenaba a los estudiantes españoles a la hora de emprender era el miedo al fracaso. Pues en el caso de los gallegos, el 70% alega falta de financiación y el 38% trabas administrativas, y no son pocos los que confiesan una formación o conocimiento insuficiente para emprender.

A esta última cuestión es a la que pretenden dar respuesta estas Jornadas.

Por otra parte, no quiero olvidar las predicciones que apuntan a que en el futuro, en España y en Europa, se necesitarán cada vez más puestos especializados.

Para 2020 se prevé un aumento de 16 millones de empleos cualificados y la destrucción de puestos de trabajo no cualificados, por lo que se prevén dificultades para que el 20% de europeos que están poco cualificados en competencias básicas accedan a un empleo. Ante este escenario, la estrategia europea para 2020 se propone conseguir que el 40% de los jóvenes de la UE tengan título de educación superior, pero sin dejar de seguir aprendiendo, porque las empresas ahora les preguntan a los estudiantes qué saben hacer. Ya no les preguntan qué habéis estudiado. Porque el mercado ya no pide formación académica, pide formación competencial.

En ese escenario tendrán ventaja los más cualificados, los que entiendan que la formación ha dejado de ser una herramienta para convertirse en una actividad continua, los egresados que a lo largo de su vida laboral dedican seis mil horas a seguir formándose (casi otra carrera) o los que, por ejemplo, entiendan que aprender a manejar un dron para detectar plagas será básico para quienes elijan ser granjeros.

Bien, pues por la vía del emprendimiento o por la vía de la cualificación, la labor fertilizadora de la universidad es insustituible, más al advertir que asumen el reto de adaptar a toda velocidad sus estudios y metodologías, porque es cierto que las exigencias del mercado laboral avanzan más rápido que en el ámbito académico. E insustituible es también la sensibilidad y la cooperación activa de los empresarios en esta labor.  Ambas partes ya no se pueden permitir funcionar por separado, porque la inserción laboral de los egresados es una obligación social que deben compartir.

AEMPE ha tenido el acierto de organizar y convocar estas Jornadas con un objetivo pleno de acierto y un panel de expertos de idoneidad difícilmente superable. Enhorabuena.

Como presidente del Consello Social me siento orgulloso de participar en esta mesa, de comprobar el interés que ha suscitado a la vista de la asistencia, de dejar patente nuestro compromiso con estas iniciativas en las que la universidad se reconoce como motor de oportunidades, y de contribuir –junto con el resto de patrocinadores- a que esta ciudad siga generando y difundiendo valores innovadores de futuro.