Vigo, 4 de mayo 2017
INTERVENCIÓN IV XORNADAS DE FUNDRAISING
Ernesto Pedrosa
Buenos días,
Rector de la Universidad de Vigo, Salustiano Mato, Presidente de la Comisión de relaciones con la sociedad, de la Conferencia de Consejos Sociales de España, Lalo Azcona, y a todos ustedes. Hemos preparado esta cita como un evento excepcional y singular por la temática, pero también por la relevancia, prestigio y experiencia de los ponentes. Así que es una satisfacción verles hoy aquí y les agradezco sinceramente que la cuestión que nos convoca merezca su atención y su tiempo.
Permítanme un mensaje expreso para los representantes de los Consejos Sociales de España presentes en este acto, presidentes y secretarios, con los que compartimos que la búsqueda de nuevos modelos de financiación y de recursos para las universidades es, además de un compromiso que debemos asumir, la mejor manera de activar todas las capacidades de los Consejos Sociales (a los que a veces parece que el legislador ha colocado en rotondas sin salidas) y el mejor camino para mostrar sus posibilidades y mover sus límites en direcciones acertadas. No se trata solo de una acción económica sin más, se trata sobre todo de que, aprovechando su posición, los Consejos Sociales adquieran con su apuesta por el mecenazgo, el fundraising y todas sus variantes, un sentido pleno, y contribuyan con su activismo en estos campos a crear territorios y sociedades más sostenibles, más solidarias, más participativas, más unánimes y más resistentes.
Estamos aquí, pues, con un objetivo que parece claro, pero el camino no tanto, porque requerirá un importante cambio de mentalidad en la aún incipiente cultura del patrocinio en España, aunque el mecenazgo y sus manifestaciones se ha convertido en un clamor, en una forma de vida. El cambio que comporta es mayúsculo. Porque sus ámbitos de influencia no son solo impulsos en los campos de la cultura o de la educación, sino que están también, por ejemplo, en el ámbito sanitario. Conciencia social podría decirse, en la que se deberán combinar los legados de las grandes fortunas con las donaciones de las grandes empresas y la contribución de ciudadanos corrientes. Todo suma. El afecto también.
¿Y cómo podemos ser más útiles los Consejos Sociales a la causa de fomentar la llegada de recursos externos a la universidad?
En mi opinión, situando entre los mayores objetivos a los que debe aspirar una universidad disponer del reconocimiento, el aprecio y la confianza de la sociedad que la sostiene -porque ahí es donde se juega sus resultados y sus recursos, y por tanto ahí debemos estar también los Consejos Sociales- ¿Cómo se consigue esa interacción?:…..Pues entiendo que con visibilidad. Las universidades no alcanzarán sus objetivos importantes (entre los cuales está la captación de recursos) hasta que consigan ser material informativo fluido, reconocible y transparente, hasta que la sociedad las entienda, las integre, las quiera y las sienta útiles. Y por todo lo expuesto, entiendo que la captación de fondos es una opción dinámica poderosa para que la Universidad entienda también que debe relacionarse más con la sociedad, si no quiere correr el riesgo de volverse irrelevante, e incluso prescindible. Porque la universidad interviene y mejora nuestras vidas más de lo que pensamos, y la sociedad parece que aún no lo sabe.
Tengo que decir que, con la llegada de Lalo Azcona a la presidencia del Consejo Social de Oviedo, y a la presidencia de la Comisión de Relaciones con la sociedad de la Conferencia de Consejos Sociales de España, se intensificó el interés por el Mecenazgo, con la creación de una comisión de expertos implicada en el fomento de las aportaciones privadas a las universidades y la elaboración de un libro blanco sobre Mecenazgo universitario. En estas jornadas tenderemos mañana un avance sobre el trabajo de esa comisión, en el que será un referente básico proponer una nueva normativa sobre Mecenazgo.
Al respecto recuerdo que hace cinco años, cuando nacieron estas Jornadas de Vigo, el entonces responsable ministerial de Promoción de industrias culturales y de fundaciones y mecenazgo avanzaba el anteproyecto de participación ciudadana en el mecenazgo. Hoy, la Ley del Mecenazgo sigue en el horizonte, un buen sitio para colocar lo que se busca, pero muy malo para disponer de lo que se necesita.
También en el programa de estas jornadas hemos dejado un espacio a los Alumni, porque nos parecen un valor básico en esta misión, y no solo porque –como dicen los expertos- tienen tres veces más probabilidades de donar que los graduados- también porque con ellos se extiende el impacto universitario y se visualiza y se sociabiliza el valor de la universidad.
En el caso concreto del Consello Social de la UVigo trabajamos en diferentes ámbitos de forma combinada para fraguar, inculcar y proyectar socialmente el valor de las aportaciones a la universidad. Organizamos actos de reconocimiento a los empresarios y organizaciones que tienen relaciones estables con la universidad; promovemos desde hace un año la localización de los 71 mil egresados de la UVigo durante su historia, desde 1980 a 2015 para crear ahora una base de datos operativa con los 11 mil fidelizados; convocamos los plenos en recintos empresariales o institucionales; patrocinamos un estudio para conocer el grado de satisfacción y confianza de los alumnos, porque queremos saber si salen contentos; apoyamos a los alumnos senior en sus actividades, así como a la Asociación Alumni; financiamos acciones académicas abiertas a la sociedad que fomenten la divulgación, la formación y la transferencia….Se trata de acercarse.
Con esas referencias, aquí nos tienen hoy, 4 de mayo de 2015, en Vigo, reunidos en esta sala, tratando de ensayar aceleraciones en un camino que –a juzgar por los pronósticos de los analistas- si lo dejamos solo, podría dar resultados -como muy pronto- cuando estudien nuestros biznietos.
A juzgar por los datos, España es un país de filántropos de clase media. No entraré en los estudios que existen al respecto más que para señalar que en España las aportaciones a las ONG crecen, pero la universidad no es destino prioritario, (mucho antes están las campañas contra el hambre, el desarrollo de los países pobres o la ayuda a la infancia), y para las grandes fortunas, tampoco . No es el caso de Estados Unidos, donde alrededor de los ciudadanos que alcanzan un determinado estatus surge automáticamente una expectativa social, porque de los ricos se espera que lideren iniciativas filantrópicas.
Pero en Galicia podemos ser más optimistas: primero porque la vida nos ha enseñado las ventajas de ir poniendo soluciones y arreglando problemas cuando no hay por quién esperar, y nos ha provisto también de un instinto especial para saber entender cuándo lo que se nos pide hay que darlo. Históricamente nos hemos movido bien entre la compasión y la filantropía. Nuestra facilidad para la limosna a los santos o a los necesitados en el mundo rural, nos ha traído hasta el crowdfunding global casi sin darnos cuenta. Y esa presteza de ánimo colaborador no nos puede ser ajena. Ojalá sepamos convertir esa donación emocional en una vinculación más continuada, y podamos encauzarla en ese tránsito hacia la universidad.
Un ejemplo perfecto de lo valioso que puede resultar el esfuerzo sincero y conjunto cuando se persigue un objetivo común, y sobre todo si la situación es adversa, lo representa la emigración. Como se sabe, Galicia ha emigrado mucho en tiempo y forma. Pero esa emigración ha creado un sustrato en el que la generosidad y la filantropía, acompañadas por la necesidad, han permitido brotar sociedades benéficas, centros de mayores y hospitales punteros, en edificios asombrosos, por todo el mundo, y en América en especial. Creo que también ese espíritu tenemos que rescatarlo, cuidarlo y orientarlo hacia las causas tan convenientes como la que nos ocupa.
Y otro ejemplo no menos estimulante para extraer conclusiones ha sido la reciente campaña de micromecenazgo promovida por un grupo de investigadores del cáncer, de un Instituto de Santiago, que se propusieron reunir medio millón de euros en 90 días, para desarrollar la biopsia líquida, una revolucionaria técnica que a través de una muestra de sangre permitirá anticipar la detección de tumores y adecuar mejor los tratamientos. Empezaron la campaña a principios de enero, el 11 de abril habían recibido ya a los 535 mil euros, gracias a 11.500 donantes, un 95% individuales. Una movilización general de profesiones, colectivos, consumidores…. Pura sociedad civil, que aportó desde 1,20 euros enviando un sms, hasta 3.000 euros que fue la mayor donación.
Tampoco debe ser malo que los gallegos sean los más solidarios con las oenegés, solo por debajo, por cierto, de los asturianos.
Y termino. La LOU nos pide a los Consejos Sociales que promovamos la colaboración de la sociedad en el financiamiento de la universidad. Pero faltan instrumentos, condiciones, incentivos, estímulos, conciencia social….demasiadas adversidades, a las que hay que unir que el concepto de fundraising en las universidades todavía se asocia más al de boutique que al industrial. Todo ello explica que, a veces, pedir donaciones para las universidades sea casi como pedirlas para Hacienda.
Quiero agradecer la imprescindible aportación del Gabinete del Rector, dirigido por Ciprián Rivas, a estas Jornadas; y la valiosa colaboración de Regina Carreira en esta edición. También a la Conferencia de Consejos Sociales por su implicación. Muchas gracias a los ponentes por traernos su magisterio y a ustedes por tener conciencia de que este es un camino a recorrer. Espero que los que vienen de fuera eviten el riesgo de que les confundan con hooligans del Manchester, y deseo que todos algún día recordemos que aquí dimos un paso en la dirección acertada.