Actos del presidente

Ernesto Pedrosa: «Los egresados acumulan un inmenso poder para difundir y fortalecer el conocimiento masivo de la universidad»

Intervención de Ernesto Pedrosa en la presentación de la primera parte del libro de Luis Espada y Victor Fernández  sobre la evolución de la oferta académica de la Universidad

Discurso:

Lo que se presenta aquí es el resultado –aún inacabado- de un proceso que inició el Consello Social allá por 2010 para crear un Observatorio de egresados de la UVigo. El presidente de la Asociación Alumni, José María Franco, fue parte importante en el nacimiento de la iniciativa; y el ex rector Luis Espada fue el motor imprescindible de su desarrollo, coordinando desde entonces tres estudios que dieron cuerpo al proyecto.

Ya en 2016, el Consello Social aprobó y destinó los primeros recursos para crear el Observatorio. Y este trabajo es el primer resultado, que tendrá una segunda parte a finales de año cuando se complete la documentación que permitirá disponer de una base de datos accesible, operativa y cierta sobre los casi 72 mil titulados de la UVigo en sus 25 años de vida.

Los profesores Luis Espada y Victor Fernández Cacharrón habrán invertido entonces cantidades inimaginables de horas y esfuerzos para acceder a miles de datos, extraídos en gran parte de la más absoluta oscuridad. Lo que inicialmente fueron miles de cartas y miles de e-mails, miles de devoluciones y miles de no respuestas, han sido convertidos en la más precisa foto de la historia de la UVigo, construída con las vidas de sus egresados. Un hito en el mundo universitario del entorno, y que alumbra la cara hasta ahora desconocida de una universidad que se somete al examen de su pasado. Que estaba por contar.

Los datos recogidos en este video estadístico que estaba por ver merecen un seguimiento atento y posibilitan muchas reflexiones. Luis Espada mostrará los datos, pero quiero mencionar algunas alertas que me parecen relevantes sobre una universidad que empezó con nueve titulaciones y ofrece ya 112. Que en 25 años ha entregado 82.330 títulos a 71.487 personas de 50 países, una gran mayoría mujeres y más de la mitad correspondientes a la rama Jurídico-Social.

En sus laboriosas pesquisas, el equipo de Luis Espada ha descubierto que en 68 países del mundo hay egresados de la Uvigo trabajando, y muy importante: la mayoría en la especialidad para la que se formaron. Y lo hacen con los conocimientos adquiridos en la UVigo. Tenemos entonces un indicador de calidad de la enseñanza que imparte y de su aplicación.

Pero también conoceremos cómo ha sido su trayectoria vital y profesional, dónde trabajan, tamaño de la organización, en qué lugar del mundo están, con qué movilidad laboral, cuál es su estatus, en qué medida les fue útil lo que estudiaron o qué asignaturas quitarían o potenciarían ahora que han conocido el exigente mercado laboral; y qué le falta o le sobra a la carrera. Estas son sólo algunas de las exhaustivas, profundas y abundantes informaciones que extraeremos de este trabajo, que nos permitirán descubrir y aflorar una universidad casi desconocida.

Más allá de aprovechar sus posibles clases magistrales, de convertirles en impagables aceleradores de empleo, o de proclamarles potenciales financiadores junto a la reputación de la propia marca universitaria. Son en sí mismos agentes mediáticos y fuentes de gran interés para los medios.

Y si pensamos que las exigencias laborales de determinados perfiles profesionales avanzan más rápido que el ámbito académico, que hay un desequilibrio entre las titulaciones más demandadas y las que tienen mejor inserción laboral, y que la educación tiene que aspirar a conectar lo que se sabe o se puede llegar a saber, con lo que se hace, o se va a poder hacer, la experiencia de los egresados vuelve a ser tan valiosa como imprescindible.

Así pues, desde el Consello Social creemos que la UVigo gana hoy un poderoso músculo. Porque los exalumnos pueden aportar una información insustituible para conocer el valor, la calidad y la utilidad de las enseñanzas que imparte la universidad. Y porque la Universidad los puede seguir teniendo cerca y obteniendo de ellos no sólo una guía para adecuar sus planes y sus ritmos a la realidad próxima, sino también porque le propiciarán que esté cerca de la sociedad que la sustenta.

Estoy convencido que para la Universidad será de enorme provecho este estudio. Para la sociedad también, porque sus conclusiones ayudarán a estimular el compromiso y la confianza en la institución universitaria. Es además un ejercicio de transparencia y de medición de resultados sin temores ni complejos, una constante en la actitud con la que gobierna Salustiano Mato esta universidad, y al que le reconozco también su firme apoyo a este Observatorio.

Acabo con un dato: en 2020 se calcula que sólo un 15% de los puestos de trabajo en Europa serán de baja cualificación, y hoy en España el porcentaje de adultos con solo estudios obligatorios triplica esa cifra. Ahí hay mucho por hacer. A ese reto también están llamados los egresados.

La máxima gratitud del Consello Social a los profesores Espada y Cacharrón por este trabajo imprescindible.

 

Vigo, 6 de julio del 2017