Buenos días.
Agradezco especialmente la invitación a acompañarlos en este acto. Y les adelanto que vengo aquí como presidente del Consello Social de la UVigo, a darles la bienvenida. Y vengo también a decirles que en este foro es donde mejor puedo compartir mi convicción en que a menudo nos perdemos buscando caminos hacia la comunicación de la universidad, cuando la comunicación misma es el camino. Así que tienen ustedes mi adhesión para contribuir a fortalecer y crear una base ancha de opinión pública sensible a esta causa, porque ese es el mecanismo que hace posible la cohesión y la integración de sociedades y de grupos.
Sostengo que entre los mayores objetivos a los que debe aspirar una universidad están el reconocimiento, el aprecio y la confianza de la sociedad que la sostiene. Porque ahí es donde se juegan sus resultados y sus recursos. Ahí está la base de todo lo demás. ¿Y cómo se consigue esa comprensión?, con visibilidad. Las universidades no alcanzarán sus objetivos hasta que consigan ser material informativo fluido y transparente, hasta que la sociedad las entienda, las integre, las quiera y las sienta útiles. Esa es una razón para que la Universidad se relacione más con la sociedad, o corre el riesgo de volverse irrelevante, e incluso prescindible.
Y aquí entra de lleno la comunicación como elemento indispensable. Ahí están ustedes. Desde el Consello Social que presido consideramos la comunicación un componente esencial –junto con los alumnos y los investigadores- y, acaso sea ahí donde reside la mayor potencialidad para hacer posible que la Sociedad y la Universidad fragüen ese reclamado proyecto colectivo de futuro, y sin sospechas. Además de asentar valores que tanto se nos están escapando últimamente y tan necesarios como sentido común y educación.
Ante ustedes puedo hacerme una pregunta que me he hecho ya muchas veces y sin respuesta: ¿por qué las universidades –con siglos de vida- no han sido capaces de encontrar todavía una comunicación fluida, respetuosa, provechosa y conveniente con su entorno? Desde siempre, los medios de comunicación y las actividades humanas han convivido sobre una balanza virtual tácita de códigos convencionales y expresiones de interés. Y en lo que a las universidades se refiere no han encontrado la llave de paso.
Y aquí estamos los Consejos Sociales, intentando ayudar a abrir canales para contribuir a hacer más visible la universidad, y, por tanto, de que la sociedad la conozca mejor, se interese y cree un clima de opinión y participación en el funcionamiento de la educación superior, sus necesidades, sus recursos y su aprovechamiento.
Sin duda los medios son grandes configuradores de la imagen que los ciudadanos tienen del mundo y de los ámbitos que lo forman. Los expertos dicen que la prensa es poco eficaz cuando le dice a la gente lo que tiene que pensar, pero es asombrosamente eficaz para decirle sobre qué asuntos pensar. La imagen que ofrecen los medios, por tanto, influye en los afectos, el conocimiento y el comportamiento. Intentar que la universidad comunique más debiera ser una aspiración inaplazable, uno de los índices de calidad más valiosos.
Admitido que la comunicación es vital, las universidades precisan todas las ayudas posibles en este terreno: para hacerlas más visibles, más queridas, más respetadas, más conocidas y más cercanas, para entender mejor su existencia, comprender su funcionamiento, sus resultados, sus méritos, sus debilidades… su eficacia. Y, por qué no decirlo, para que sean más importantes para todos, más necesarias y más influyentes.
Me gustaría que existiese esa militancia con la universidad, para que fuera sentida como patrimonio colectivo. Y ya no es solo un deseo, ahora es también una obligación que nos urge atender, difundir y proclamar nuestra confianza en la Universidad, porque estaremos forjando sus pilares con el material de más alta resistencia: el afecto. Quizá lo que más necesitan hoy las universidades: afecto y reconocimiento.
El punto 17 del Código europeo de Ética periodística dice que “la información y la comunicación a través de los medios y con el soporte formidable de las nuevas tecnologías tienen una importancia decisiva en el desarrollo individual y social. …..para desarrollarse plenamente, la democracia debe garantizar la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos….será imposible si los ciudadanos no reciben la información oportuna sobre los asuntos públicos y que debe ser prestada por los medios de comunicación”.
¿Hay algo más importante en este momento para el desarrollo individual y colectivo que la Universidad? O preguntado de otra manera, en estos tiempos tan desordenados y con la convivencia constantemente atacada: ¿habrá democracia plena si la universidad no da a conocer su potencialidad y sus valores, y si los medios no lo transmiten a los ciudadanos?
Pienso que el gran cambio de la universidad se producirá con su entorno. Ya toca. ¿Cómo lo perciben los medios de comunicación?, ¿cómo pueden ayudar?, ¿cómo se les explica a los ciudadanos la nueva universidad?, ¿cómo se logra que la sociedad mejore sus percepciones sobre la universidad? Por eso ustedes son importantes, incluso necesarios.
Agradezco a la vicerrectora de la UVigo Mónica Valderrama su esfuerzo por organizar este encuentro. Enhorabuena al comité organizador por el talento aquí reunido; y gracias a los participantes y a los promotores de las comunicaciones presentadas, por su compromiso, su esfuerzo y su convicción.
Tienen ustedes nuestra admiración y nuestro reconocimiento. Pero, sobre todo, ponemos en ustedes la esperanza en que construyan el andamiaje de una universidad conectada y comunicada con la sociedad que tanto la desconoce y tanto la necesita.
Y aprovechen también para disfrutar de Vigo y su entorno. Tengan después un feliz regreso a sus destinos, pero llévense el recuerdo de que les hemos convocado a poner sus valiosas capacidades al servicio de un mejor futuro para las universidades.
Muchas gracias.
23 de mayo de 2024