Nos encontramos en el final de una nueva edición de la entrega de los premios Consello Social_UVigoHumana correspondiente al año 2024 y, permitan, que en primer lugar agradezca la labor de la vicerrectora de Extensión Universitaria y de la Comisión de Valoración, formada por Henar Quintas Salgado, Xosé Mahou Lago, Iria Vázquez Silva, Juan Santos Granda y Rosa Graña, quienes han tenido la nada fácil responsabilidad de dirimir, de entre las candidaturas presentadas, a los premiados en esta convocatoria. Y, también, no quiero dejar la oportunidad de felicitar a las/los autores de los mejores TFG-TFM en materia de agenda 2030, Responsabilidad Social y Cooperación, a quienes en este acto haremos visible su esfuerzo por realizar trabajos de calidad.
El hecho de reconocer es poner en valor y, a su vez, dar a conocer la labor o labores, tanto de personas como de colectivos, que se han distinguido y, lo seguirán haciendo, mientras exista un compromiso con la sociedad a la que se sirve. Reconocer y premiar aquí tienen el mismo sentido. Dentro del ámbito universitario, siempre, se procura, premiar a los mejores. El mérito y la capacidad permanecen como esos valores intrínsecos que permiten avanzar en la búsqueda de la excelencia universal. Tal como lo refleja la etimología de la palabra universitas-atis, universalidad, totalidad. Una universidad, como institución de educación superior, se convierte en el reflejo de la sociedad a la que sirve, y por ello no debe dejar de nutrirse del discurrir diario, de lo cotidiano, porque es en ese espacio donde se producen las novedades, donde se vive el cambio y donde se certifica la evolución, o el retroceso, al que estamos o estaremos sometidos en algún momento. Para convertirnos en vanguardia del conocimiento, y su transferencia, a los diferentes estratos a la ciudadanía, no deberíamos alejarnos de ella. Participar en sus éxitos, mencionarlos, lamentar sus fracasos para que sirvan de revulsivo para encontrar las fórmulas que nos permitan avanzar juntos. Es la filosofía en la que beben estos premios: “considerar el trabajo realizado por personas físicas, instituciones u organizaciones no gubernamentales, tanto gallegas como internacionales, que sobresalgan por su trayectoria en cualquier ámbito vinculado con la solidaridad y la cooperación”.
Tanto, la Agencia de las Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo, UNWRA, como EMAÚS VIGO, son dos ejemplos paradigmáticos de estos enunciados en los que se basan los premios que hoy entregamos.
La UNWRA, desde su origen en el año 1949, se convirtió en una de las Agencias fundamentales para la protección de los refugiados, implicándose en servicios esenciales como la educación, salud y asistencia social a millones de personas. En estos momentos en los que asistimos a la barbarie impuesta por un estado, a raíz del ataque lanzado por Hamás el 7 de octubre de 2023 en Israel, con el rechazo de la comunidad internacional, exceptuando Estados Unidos, y con más de 52.000 fallecidos, incrementándose el número con el paso de los días, de mujeres, ancianos y niños, objeto de estos ataques, el papel de la UNWRA, ha sido y, sigue siendo fundamental, para ayudar a una población que carece de lo más fundamental para sobrevivir, desde agua, alimentos y medicinas. Por lo que reconocer en estos momentos su trabajo en favor de los derechos humanos, a pesar, de las acusaciones sufridas por la organización en estos últimos tiempos, sirven para reivindicar la función para la que ha sido creada.
EMAÚS FUNDACIÓN SOCIAL_DELEGACIÓN GALEGA es bien conocida en Vigo, y su entorno, por la implicación de esta organización en actividades relacionadas con personas en riesgo de exclusión social. Aunque, por su denominación puede evocar al error, es una organización de carácter social, laica, sin ánimo de lucro, dependiente de EMAÚS INTERNACIONAL.
Las dos organizaciones distinguidas, al igual que las otras candidaturas presentadas, poseen en su ADN, el preservar la justicia social porque sin ella, se incrementan las desigualdades, se debilita la cohesión social, provocando incertidumbres de todo tipo, anulando el desarrollo de los derechos humanos, limitando el acceso a la salud, a la educación, al empleo digno, a la lucha contra el cambio climático, etc. Cuando no se aplica esta justicia, se instala el desequilibrio y con él, la pobreza.
Era, pues, necesario, crear estos premios para dar visibilidad a este trabajo de las organizaciones, en muchos casos no gubernamentales, que generan economía, ligada al tercer sector, indisolublemente unida al mundo del progreso, que tiene como fin, ayudar a quien lo necesita.
Felicidades para a las dos entidades galardonadas con el deseo que en el futuro continúen sirviéndonos de ejemplo para seguir en la senda de procurar un mundo mejor. Felicidades que, también, deseo expresar a las personas reconocidas en las versiones de los premios TFG y TFM. Es desde esta perspectiva donde nuestra función, me refiero a la de nuestra Universidade, debe ser reconocida. En los trabajos de investigación de las diferentes ramas del saber que ayudarán a mejorar la vida de todos nosotros porque, tal como dejo escrito, el insigne don Miguel de Cervantes, “al bien hacer, jamás le falta premio”.
Querido, Rector, desde los órganos de gobierno del Consello Social permanecemos atentos, usted es conocedor, a cada uno de los hitos alcanzados por la Uvigo, bien sea en su presencia en los ránkings internacionales, bien en cualquier de los espacios en los que se mueve nuestra comunidad universitaria, y en el que nos encontramos en este momento, debería de convertirse en una apuesta común para proyectar lo que la sociedad nos da y lo que nosotros le aportamos.
Reconocer el trabajo, la dedicación, la generosidad de estos colectivos nos hace más humanos.
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Vigo, Edificio Redeiras, 28 Abril 2025
Ernesto Pedrosa.