La UVigo ya tiene una Comunidad Alumni. Es un día que puedo señalar de los más gratificantes de mi etapa como presidente del Consello Social.
Por fin la UVIgo y los Alumni podrán encontrarse, apoyarse y aprovechar capacidades y potencialidades recíprocas que hasta ahora vertían directamente al olvido, salvo muy identificadas excepciones.
La de hoy será una fecha que se mantendrá en la memoria de la universidad y en la historia de sus hitos más señalados. Los exalumnos sincronizados y agrupados son la red más resistente que existe para que la universidad gane más aprecio, más confianza y mayor reconocimiento de los ciudadanos. Y son también los mejores guías para que la propia universidad pueda adecuar con mayor conocimiento de causa sus planes y sus ritmos al pulso real de las necesidades y las oportunidades que existen fuera de las aulas. Y son además observadores privilegiados para saber si el mercado laboral y la formación recibida están en sintonía. Nada menos.
El cambio que puede operar en la universidad la repentina cercanía y vinculación de miles de personas residentes en distintos puntos del mundo, hasta ahora desconectadas, tendrá que sentirse. Por eso la Comunidade Alumni es sobre todo una iniciativa fertilizadora, porque los exalumnos poseen el bien más preciado que una universidad puede ofrecer a sus estudiantes: poner a su servicio la formación competencial y la experiencia de quienes les han precedido.
Por eso esta Comunidade Alumni que hoy nace tiene también el rango de prioridad estratégica para el Consello Social, porque sus miembros traerán una información insustituible para reconocer el valor, la dirección y la utilidad de las enseñanzas que han recibido en esta universidad.
Y son también, por último, un enorme foco de visibilidad y una fuente informativa de extraordinario valor, por sus destacadas trayectorias profesionales, por sus responsabilidades, sus investigaciones, sus ideas o sus capacidades. Estén donde estén hacen marca de la UVigo.
Desde el Consello Social hemos participado con intensidad en el nacimiento, desarrollo y evolución de este proyecto. Va ya para ocho años. Y ahora, que afortunadamente la Universidad lo asume como propio desde su estructura, nos satisface pensar que los más o menos tres mil titulados que salen cada año de la UVigo tendrán más fácil encontrar su sitio en la globalización, y a su vez pasarán a formar parte del mayor y mejor cuerpo diplomático repartido por todo el mundo que pueda tener una universidad.
Y termino con los nombres propios de Luis Espada y Víctor Cacharrón (porque con ellos nació y creció este proyecto pionero y heroico, con miles de horas detrás) y los de Manuel Reigosa y Natalia Caparrini (porque han sabido culminarlo de forma rápida y generosa).
Así hemos llegado hasta aquí. Hoy es cuando la Comunidad Alumni y la comunicación toman forma. O sea, que hoy es en realidad cuando empieza todo…..Y ojalá los medios lo valoren en su justa medida.
Desde el Consello Social seguiremos atentamente la evolución de la Comunidad. Es todo Rector. Te felicito por este paso que damos hoy.