Buen día.
Hace honor esta Escola a su nombre, cuando su energía y su capacidad de abrir y remover se trasladan de sus aulas al exterior. Y estos espacios para la tecnociencia tienen la virtud de acercar y transmitir conocimiento, también tienen el poder de incentivar vocaciones y de sembrar el interés y la curiosidad. Pero tienen, sobre todo, el valor de construir atmósferas en las que el conocimiento no se detiene. El mundo es cada vez más un cúmulo de avances veloces a los que conviene no darle nunca la espalda. Tan es así que más que de la sociedad de la información o del conocimiento, se habla de la sociedad del aprendizaje: esta es la habilidad más competitiva del futuro.
La capacidad de aprender (lo que se llama el saber) es también la competencia que hoy más cotiza. Los indicadores dicen que esta capacidad de aprender importa más que los conocimientos teóricos y prácticos adquiridos, a la hora de acceder al mercado laboral.
Tiene un inmenso valor crear un centro para que los alumnos aprendan, porque todo el que aprende, aprende de la manera de la que él aprende, no de la manera en que le enseñan. O sea, la innovación metodológica y el proceso formativo de los alumnos son el principio….(algo, curiosamente que los gallegos hemos mantenido durante los tiempos con naturalidad en nuestra cultura, en la que resulta tan habitual escuchar “o maestro aprendeunos moito”, pues esa es ahora la clave del futuro).
E insisto en que es muy importante esta iniciativa, que el estudiantado participe activamente como personal de apoyo en las actividades experimentales e interactivas, que esté dirigida a los alumnos de las etapas previas a la universidad, y que la ciudadanía en general esté también como protagonista de los afanes de la escuela. Porque es perfectamente imprescindible que caminen en la búsqueda de un mundo mejor y una mayor calidad de vida para todos.
Debemos agradecerle a los responsables su esfuerzo en esta dirección, y también que coloquen a la universidad -a excepción hecha de sus obligaciones- en la más alta de sus responsabilidades: propiciar la formación plena; alumbrar ideas y valores, generar capacidad crítica y potencia de pensamiento; estimular actitudes activas y empoderar de conocimientos a los ciudadanos para que propicien atmósferas favorables a crear marcos sólidos y futuros dignos. “Que se atrevan a saber”, como decía Horacio.
El conocimiento es el mayor y mejor argumento de las universidades para modelar los sistemas de convivencia y corregir o descubrir comportamientos y alternativas; porque toda evolución es fruto del conocimiento, justamente lo que las universidades forjan sin distinción como una gran factoría abierta de esperanzas y soluciones.
Me enorgullece que el Consello Social pueda estar aquí. Porque este acto se sustenta en la indudable autoridad del mundo universitario para construir conocimiento nuevo y experiencias que no se pueden estudiar en las aulas.
Les felicito y les agradezco que hagan posible estas aulas abertas donde se puede aprender de la mejor manera, que es haciendo, porque ya dijo Confucio, hace 2.500 años,:
“Me lo contaron y lo olvidé
Lo ví, y lo entendí
Lo hice y lo aprendí”.
Muchas gracias.