“Un salto abismal” dicen los estudiantes miembros de UVigo SpaceLab de su nueva estación terrena. Unas instalaciones ubicadas en el edificio Filomena Dato que si convertirán en el “corazón del procesamiento de señal y futuro centro de control para la misión espacial BIXO”, algo en lo que llevan más de un año trabajando para su completa puesta a punto y que ahora se convierte en “piedra angular” para el futuro éxito de la misión.
“Esta nueva estación tiene una inmensa ventaja respeto a todas las que hubo hasta ahora en la Universidade y que se resume en su altísima tasa de descarga de datos, gracias a que está dotada de banda S, frente a las anteriores que eran en banda UHF”. ¿En que se concreta esto? Entre otros muchos, un ejemplo: “si desde el satélite se saca una foto y se quiere descargar, con las antenas de las que disponíamos hasta ahora tardaríamos una semana en poder hacerlo, en cambio con la antena de la nueva estación puede hacerse en apenas un día”.
Una “impresionante” capacidad de control remoto
La operadora Ainhoa Morales controlando las comunicaciones desde la estación terrena
Uno de los aspectos más destacados es la “impresionante” capacidad de la estación para ser monitoreada y controlada remotamente. En este aspecto, los responsables de UVigo SpaceLab apuntan que mediante las cámaras de alta definición instaladas alrededor de la antena y en otros puntos estratégicos, se puede dirigir y ajustar la infraestructura desde cualquier parte del mudo. “Esta capacidad no sólo es crucial para operaciones que requieren acoplamientos precisos de manera inmediata, sino que también demuestra el alto grado de autonomía y flexibilidad que la tecnología moderna aporta al seguimiento de los satélites”.
Manejo de múltiples zonas horarias en tiempo real
Pablo Fernández presentando el software de seguimiento de la misión y el control de múltiples zonas
Otro de los aspectos más innovadores de la estación es el manejo de múltiples zonas horarias en tiempo real, “lo que resulta esencial para la coordinación con otras estaciones terrenas y operaciones satelitales a nivel global”. Esta capacidad asegura que la comunicación con el satélite BIXO pueda ser sincronizada con precisión, “independientemente de la posición orbital del satélite o la localización de colaboradores en la tierra”, un aspecto de elevada importancia dada la necesidad de coordinación requerida en este tipo de operaciones espaciales.
El nuevo espacio albergará las bases de datos y software de control, además de servir cómo núcleo para la simulación electromagnética y estructural. Esta capacidad de simulación resultará básica, según indicaron las alumnas y alumnos, para el diseño de antenas y para modelar estructuras dentro del ámbito espacial.