La Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades Españolas (CCS) celebró los días 26 y 27 de junio, en Las Palmas de Gran Canaria, las jornadas conmemorativas de su 20º aniversario, bajo el lema «Universidad y sociedad: 20 años de colaboración para el futuro». Un encuentro celebrado en el Paraninfo de la ULPGC, ciudad donde nació en 2005, y que reunió a representantes institucionales, académicos y empresariales nacionales e internacionales para reflexionar sobre los principales retos que enfrenta la universidad española.
La inauguración institucional contó con la participación del rector de la ULPGC, Lluís Serra Majem; la consejera de Universidades, Ciencia, Innovación y Cultura del Gobierno de Canarias, Migdalia Machín Tavío y el viceconsejero de Universidades e Investigación, Ciro Gutiérrez Ascanio; el vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria, Augusto Hidalgo; el presidente de la Conferencia de Consejos Sociales, Antonio Abril Abadín; y la presidenta del Consejo Social de la ULPGC, Ana B. Suárez Calvo.
El programa reunió voces de primer nivel como José Alberto González-Ruiz, secretario general de la CEOE; Francesc Pedró, director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe; John Edwards, secretario general de EURASHE; y Francisco García Pascual, secretario general de Universidades del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. A ellos se sumaron más de veinte expertos que debatieron en mesas y ponencias centradas en los grandes retos de la universidad: la colaboración público-privada, el emprendimiento universitario, la gestión del talento y la competitividad internacional.
En palabras de Antonio Abril, presidente de la CCS, estas jornadas «son una oportunidad para reafirmar el papel esencial de los Consejos Sociales como puente entre la universidad y la sociedad. Veinte años después de nuestra fundación en las Palmas, volvemos la esta ciudad para renovar nuestro compromiso con una universidad más conectada, emprendedora y competitiva.»
La conferencia inaugural, pronunciada por José Alberto González-Ruiz, secretario general de CEOE, ofreció una visión estructural del papel que debe desempeñar la universidad como aliada del tejido productivo. González-Ruiz señaló la necesidad de una colaboración estable, con marcos normativos ágiles y una mayor implicación empresarial en la formación de talento, la innovación aplicada y la empleabilidad. Para el responsable de la CEOE «con una estrecha colaboración entre quien genera el conocimiento, que son las universidades, y quien lo aplica, que son las empresas, podremos mejorar la empleabilidad de nuestros jóvenes y la productividad y la competitividad de nuestro país en un marco europeo y mundial cada vez más complejo.»
La mesa redonda sobre colaboración público-privada, moderada por Ana B. Suárez, presidenta del Consejo Social de la ULPGC, abordó como pasar de colaboraciones puntuales a alianzas estratégicas. En ella intervinieron Juan Ignacio Pérez Iglesias, consejero de Ciencia del Gobierno Vasco; Fernando Martínez Gómez, presidente de REDFUE y consejero del Consejo Social de la Universidad Carlos III de Madrid; Ángela Santianes Arbesú, presidenta del Consejo Social de la Universidad de Oviedo y presidenta de DuPont España y Portugal; y Ricardo Rejas Muslera secretario general y vicerrector de la UCJC. El panel coincidió en que la transformación de la relación universidad-empresa requiere cambios estructurales, voluntad política y estructuras de gobernanza compartidas.
La jornada del viernes comenzó con la conferencia de Francesc Pedró, director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), presentada por Francisco Almeida, presidente del Consejo Social de la Universidad de la Laguna. Pedró expuso que la gestión del talento debe ser prioritaria para las universidades: atraer, retener y motivar al personal académico y técnico son condiciones necesarias para competir globalmente y evitar la fuga de cerebros. Para eso, «cada universidad debería tener un plan estratégico que aborde estas cuestiones específicas sobre talento», y los consejos sociales deberían «exigir y apoyar estas iniciativas, asegurando que incluyan metas de internacionalización del personal, políticas de igualdad y promociones basadas en mérito.»
En la mesa sobre emprendimiento universitario, moderada por Juan Antonio Fernández-Velilla Hernández, presidente del Consejo Social de la Universidad de la Rioja, participaron tres voces referentes por su trayectoria en la intersección entre universidad, empresa y tecnología: Antonio Huertas Mejías, presidente del Consejo Social de la Universidad de Extremadura y presidente de MAPFRE; Ángela Pérez Pérez, presidenta del Consell Social de la Universitat de València y de la Fundación Universidad Empresa ADEIT; y Manuel Abellán Serna, director de Universidades de Microsoft España. Los ponentes abordaron como fomentar una cultura emprendedora transversal entre el estudiantado, el profesorado y el personal investigador, con estructuras eficaces de acompañamiento —como viveros, redes alumni o fondos semilla— y alianzas con empresas y administraciones que fortalezcan ecosistemas de innovación conectados al territorio. También se han identificado barreras normativas e institucionales que aún frenan el impulso del emprendimiento universitario, así como propuestas para desarrollar modelos y consolidar entornos sostenibles de creación de valor.
La conferencia sobre el Informe Draghi, a cargo de John Edwards, secretario general de EURASHE, enmarcó el papel de las universidades dentro de la agenda de competitividad europea. Presentado por Antonio Rodríguez, rector de la Universidad Fernando Pessoa Canarias, Edwards analizó el potencial de las universidades en ciencias aplicadas, las estrategias RÍES3 –estrategias regionales de especialización inteligente– y la necesidad de diversificación institucional como elementos clave para la conexión con el desarrollo regional y el crecimiento sostenible. En palabras del propio Edwards, «necesitamos diversidad, especialización y cooperación dentro de los sistemas de educación superior para aumentar la competitividad (y la cohesión) de Europa».
La mesa sobre competitividad, moderada por Mercedes León Lozano, presidenta del Consejo Social de la Universidad de Sevilla, cerró el bloque temático con un debate enriquecedor. Intervinieron Lluís Serra Majem, rector de la ULPGC; Silvana Jiménez Chávez, consultora de Oxentia ; Juan Antonio Vázquez, expresidente de CRUE y exrector de la Universidad de Oviedo; y José Manuel Pastor Monsálvez, catedrático de la Universitat de València e investigador del IVIE. Todos coincidieron en que la universidad española necesita más autonomía, financiación estratégica y conexión internacional para competir sin perder cohesión territorial.
La conferencia de clausura, estuvo a cargo del secretario general de Universidades del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Francisco García Pascual, que cerró las jornadas con una mirada institucional sobre el cambio de paradigma y fue presentado por Miguel Ángel Acosta, secretario general de la CCS. El responsable del MICIU realizó un recorrido por las principales medidas impulsadas por el Ministerio —como el programa María Goyri, el plan Unidigital y la ONAC— y defendió una universidad más eficiente, abierta, internacional y socialmente relevante. Para García Pascual España «necesita universidades libres, plurales, críticas, autónomas y comprometidas con el progreso del país. Unas universidades cuyo modelo se asienta en la calidad, en la igualdad de oportunidades y en la docencia y la investigación como funciones esenciales. Los consejos sociales deben ser los principales garantes de ese modelo universitario, y, al mismo tiempo, convertirse en el espacio fundamental de relación entre la universidad y la sociedad, las empresas y las instituciones. Todo nuestro sistema educativo superior se juega mucho en que esa relación sea intensa y fructífera.»
Con estas jornadas, la Conferencia de Consejos Sociales de lanas Universidades Españolas reafirma su compromiso con el fortalecimiento de la relación entre universidad y sociedad, en un momento clave de transformación para la educación superior.