El jueves 7 de octubre, en el salón de grados de la Facultade de Ciencias Sociais e da Comunicación –en Pontevedra–, se realizó el acto da apertura académica de los estudios de Dirección e Xestión Pública. En él, el presidente del Consello Social se dirigió a los presentes con las siguientes palabras (también se puede ver y escuchar en el vídeo de arriba):
Palabras para el acto de inauguración académica
Intentaré no extenderme más de lo necesario, porque, al igual que ustedes, aguardo con gran interés la intervención del relator, el catedrático Carles Ramió, sobre una temática tan propositiva como “2020-2030: una década crucial para renovar la administración pública”.
Pero sí quiero aprovechar para saludarles y transmitirles la importancia de verles en este acto profundamente universitario e iniciático. Porque ustedes mismos son el más valioso argumento y la mejor garantía de que la universidad transita por el camino correcto. El acercamiento que ustedes hacen a la educación superior transforma la existencia misma esta universidad, ensancha su legitimidad social y determina en buena medida su rentabilidad pública. A través de ustedes, en esta época de planicies vitales, la universidad se convierte en un sentimiento vertical dentro de la sociedad y en una forja de valores especialmente saludables para la convivencia y la calidad de vida de todos nosotros. Porque ustedes propician una universidad enriquecida que conecta con el sistema productivo, con la dinámica pública, con el mercado de trabajo… pero sobre todo con el pulso de la sociedad.
Asumimos que el futuro está basado en una buena formación, que debe ser inculcada a través del conocimiento, pero también de los valores y las fortalezas. Así que aquí estamos, para innovar los modelos educativos (este fue el primer Grado virtual de Galicia en 2020), para amplificar las posibilidades (se dice que cursar esta titulación es como hacer Políticas, Empresa y Derecho), para fraguar profesionales competentes…y sobre todo forjar ciudadanos educados, responsables, instruídos, capaces, solidarios, libres y comprometidos. Y en ellos, y con ellos, (es decir, con ustedes) la sociedad reconocerá mejor a su Universidad como una marca útil y generadora de valor, capaz también de proporcionar calidad de vida, mejores conductas, oxígeno moral, principios y una base hermenéutica mínima para observar el mundo.
Desde 2007, tras el Plan Bolonia, las universidades son libres de idear titulaciones y tiran de imaginación para atraer nuevo alumnado. En este contexto tan inestable y arriesgado para decidir qué estudios ofrecer y acertar, quiero reconocer la capacidad, la sensibilidad y la valentía del equipo de gobierno de la UVigo, por ejemplo impulsando títulos como este.
Galicia está entre las comunidades que tienen un menor ritmo de creación de nuevas titulaciones. Al comparar los datos de las principales 72 universidades españolas, Galicia ocupa el duodécimo lugar en porcentaje de nuevos títulos creados desde el curso 2010-2011 hasta hoy, según el acreditado informe “U-Ranking” que elabora la Fundación BBVA. Ese porcentaje representa una media de nuevos títulos del 33,4% en las universidades públicas españolas durante ese período, mientras en el SUG apenas llega al 29%.
Este un tema al que desde el Consello Social queremos prestar especial atención, por la importancia de que la universidad diversifique su oferta de forma ágil y acorde con las necesidades de las empresas, de las administraciones y de la sociedad, que quieren egresados formados, capaces de liderar, innovadores, con base ética, con idiomas, con afanes de emprender y con visión global del mundo. También con conocimientos, claro, pero ya no sólo, porque los conocimientos tienen fecha de caducidad y son alcanzables por otros medios. Por eso me complace ver que en el Plan de estudios que ustedes van a afrontar no faltan asignaturas con menciones a la ética, a la mejora continua, la participación, las nuevas tecnologías, el liderazgo, la legitimidad o los derechos humanos.
Y me complace porque hay un elemento al que otorgo singular importancia en la misión de las universidades: no debe desatender la formación educadora y humanística. La universidad no debe ser ajena a los grandes problemas que se ciernen sobre el mundo globalizado al que viajamos más deprisa de lo que nuestra capacidad de aportar soluciones aconseja. La universidad no puede dar la espalda a los grandes riesgos que se nos presentan, ni a las enormes simas morales que se abren ante nosotros. La universidad no puede asistir impasible a las dificultades, ni ser insensible a las carencias más elementales. La universidad está obligada, como mínimo, a no callar ante las agresiones de cualquier tipo que amenacen la convivencia, la esperanza o el futuro. Y eso en cualquier lugar que se produzcan. La Administración incluida.
Su elección de esta carrera universitaria es un triunfo social. Estoy seguro que aquí adquirirán conocimientos, destrezas, aptitudes.. y espero que también les dejen tiempo para pensar y para la reflexión, para formar esa conciencia crítica necesaria sobre el espacio en el que habitamos, sobre nuestra convivencia y sobre el mundo global que nos acoge.
Por ello confío en que el recuerdo de esta Universidade se vaya agrandando en ustedes durante sus estudios. Y confío en que serán ustedes generosos con la sociedad de la que forman parte, a la que seguro ayudarán a mejorar. Quiero decirles que les estábamos esperando, porque ustedes pasan a ser especialmente importantes en el desarrollo del proyecto colectivo que nos es común. Y porque con ustedes la Universidade entra en el corazón de la sociedad.
Y un último apunte: tengan en cuenta que los idiomas son importantes, que la movilidad cambiará los hábitos laborales y las corrientes de empleabilidad, que el conocimiento no se detiene y que el mundo es cada vez más un cúmulo de avances veloces a los que conviene no darle nunca la espalda. Tan es así que más que de la sociedad de la información o del conocimiento, se habla de la sociedad del aprendizaje: la habilidad más competitiva del futuro y que esta titulación pondrá a su alcance.
Y cuando oigan o lean que sobran universitarios en España, no hagan caso. Sigan adelante porque los datos lo desmienten. Lo que faltan son puestos acordes a una economía no basada en el turismo y la construcción, España necesita que en el 2050 el 38% de sus trabajadores tengan estudios universitarios, y ahora solo los tienen el 26%. Así que muévanse en el optimismo.
Hoy realizamos la apertura académica de los estudios de Dirección e xestión pública para el curso 2021-22, pero no es una inauguración más. Hace unos días el reitor –Manuel Reigosa– anunció la construcción y puesta en marcha del nuevo edificio que albergará estos estudios. Una buena noticia que el decano –Enrique Varela– saludó con la satisfacción de ser consciente de que una facultad propia permitirá aumentar el número de titulaciones y plantear estrategias internacionales, pensando, en especial, en América latina.
Al respecto, el vicerreitor –Jorge Soto– nos habla de la “ledicia de ter un espazo para crecer” y nos anuncia que este será un buen proyecto también para la ciudad.
Pontevedra evoluciona, se transforma, brilla más y la Universidade ayuda. Crecerá el Campus de A Xunqueira con este nuevo edificio y lo hará de forma respetuosa. De eso se trata, de lo que siempre buscamos cuando somos honrados y respetuosos con el presente, mejorar nuestras vidas y las de las generaciones futuras.
Como decía, hoy realizamos la apertura académica de los estudios de Dirección e xestión pública para el curso 2021-22, pero no es una inauguración más. Las personas que están llamados a gestionar lo público, la administración, comienzan sus estudios. Esos hombres y mujeres aprenderán que es fundamental dotarse de estructuras eficientes y al mismo tiempo, distribuir de forma responsable los recursos colectivos con el objetivo de satisfacer las necesidades de los ciudadanos.
Quiero terminar por decirles que soy de los que confían en la universidad como fábrica de soluciones. No digo que ella sola nos salve del modelo social especulativo, de la propensión a la posverdad, o de un mundo en el que la mentira vence simplemente porque tiene más éxito, porque está diseñada para tenerlo. Quizá la universidad no pueda ella sola salvarnos de ese mundo desconcertante en el que vivimos; pero estoy seguro que dispone de la capacidad suficiente para alumbrarnos y señalarnos las salidas.
Gracias de nuevo, decano. Enhorabuena por este ilusionante Grado. Y gracias a ustedes por haberlo elegido, porque les vamos a necesitarles en sus futuras responsabilidades, y es esperanzador saber que allí, cuando las dificultades surjan, les encontraremos ya preparados para ayudarnos. Sabed que vuestras esperanzas y las nuestras caminan juntas. Y que la educación es el único camino.
Esfuerzo y suerte.